La barca de piedra

En el Concello de Alfoz, en la parte interior de la Mariña luguesa está la Finca Galea. Un curioso lugar que podíamos aceptar como un museo del agua o un museo etnográfico o un hermoso paraje para pasar unas horas tranquilas paseando.
En el se encuentra la barca de piedra, de 270 kilos de peso, que transporta una pequeña figura del Apostol Santiago y flota con placidez en un pequeño estanque.
Esto pretende, sin duda, recordar la tradición Jacobea que dice que el cuerpo decapitado  de Santiago llegó a Galicia en una barca de piedra que flotaba sobre las aguas, atravesando por mediación de fuerzas divinas, las aguas mediterráneas y atlánticas que separaban Palestina de Galicia.
          Pero la Barca de Piedra no es un elemento constante, aparece solo en las versiones antiguas, las de origen popular de transmisión oral, porque la Tradición Jacobea no es una iniciativa eclesiástica, sino que su origen y su transmisión es popular de inicio local. En sintonía con esto, vemos que hay coincidencias en otros lugares de Galicia, como  Muxía y San Andrés de Teixido cuyos acantilados rocosos son ricos en formas cuya visión nos permite entender que las gentes primitivas pudiera ver aquí Barcas de Piedra, con rocas que remedan las partes de una nave o formas invertidas volteadas por el mar.
          Además también aparecen Barcas de Piedra en otros puntos de litoral atlántico de Europa, como Bretaña, Gales y Cornualles, donde las naves pétreas traen héroes, guerreros y otros personajes mitológicos. Es decir, que estamos ante la difusión atlántica de un elemento arcaico que impregna la Tradición Jacobea, pero que no es sustancial ni genuino en ella.